O bien te encuentras a Mme. Jilguero y te condiciona el resto de tu vida con una rica anécdota que contar a todo el mundo, o bien acabas en un Carreflús, insultando gravemente al especimen de @#gf¬&x estúpido y malencarado que te cobra 3 euros por un café y un cruasán y si le pides leche caliente te dice que pàs y encima te pretende cobrar por unos paquetitos ridículos de crema. Poubelle.
Destino: Lorient - An Orient.
Decía el eurdito que Lorient tiene el encanto de un párking. Si a eso le añadimos el Festival Intercéltico, el resultado no puede ser otro que un bagad (para los no iniciados, la banda de música tradicional bretona) ensayando en un párking.
Así nos recibió la ciudad.
Los bagadou nos aturullan
Tras un paseo por el mercado, a la caza de manduca (resuelta convenientemente con uns rollitos ecselentes), adquirimos las entradas para el Concurso de Bagadou 1ª categoría. Voici.
Nos adentramos en el Estadio du Moustoir sin ni por casualidad prever lo que luego se dirimiría dentro.
Todo empieza bien: ubicación perfecta, tras el jurado del concurso, cervezas más baratas por error al hacer la cuenta del camarero becario, y comienza la función con un bagad que nos hace retrotraernos a nuestro bautizo bretón, otros 4 ó 5 bagadou más, aslguno mejor que otro.
Incluso nos emocionó la presencia de Cristophe Le Govic, el contramaestre o director del bagad Sonnerie An Orient -hasta el año pasado lo fue del bagad más famosos, el de Lann Bihoué, ahora repudiado, ya que su puesto lo ha tomado un tipo gordo y desagadable, apoyado por otro tipo gordo, desagradable y, además pretencioso. QDEP-. Le hicimos la ola a Cristophe cuando empezó a hacer así con el pie, en ese movimiento único y genuino que lo convierte en un tipo único y genuino (bueno, y un poco mariposón).
Cristophe con su nuevo bagad y los preciosos peluches con su gaita, su tambor y su bombarda
Bagad en plena interpretación con sesudo jurado en primer plano
Se confirma el supernotición: los ZZ Top se pasan a la gaita
En fin, que todo transcurría como tenía que transcurrir... hasta que internet nos da en to'los morros.
El cartel del concurso para dirimir el bagad más bretón del mundo mundial consta de... ¡¡14 bandas!!.
Las miradas se entrecruzan, empezamos a santiguarnos de manera compulsiva y el sudor perla nuestras frentes cuando hacemos cuentas: llevamos casi 2 horas y sólo han tocado 6 bagadou.
Huimos como alma que lleva el diablo ante la perspectiva de estar allí otras 2 horas y media, más la decisión del jurado, más el bis de los ganadores y, de esta manera ser abducidos hasta el amanecer y que las bombardas nos taladrasen el cerebro y nos pudiéramos convertir en zombies bretones.
Cogimos el coche y, por supuesto, encendimos a tope la música:
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